









El domingo 19 de marzo estuve explicando a la chavalería de la biblioteca de Calamocha cómo hacer un libro de poesía ilustrado. Una actividad superchula en la que nos invantamos un personaje y con él hacemos un libro de poesía ilustrado al completo.
La obra maestra que creamos en esta ocasión se titula «Al niño Manolete le pica siempre el ojete», y es una emocionante aventura de aprendizaje y autodescubrimiento.
Al final de clase, toda la chavalería se llevó su propio libro escrito y dibujado por ellos mismos. ¡Y en solo hora y media!
Vamos, que en lo que le cuesta a Pérez Reverte escribir el prólogo de su nuevo libro metiéndose con las feministas o los catalanes, nosotros ya tenemos el libro acabado. ¡Y con dibujicos!
Si tú también quieres realizar esta actividad en tu centro, ya sabes: me lo pides por privado (mejor si es con educación) y lo hablamos.
¡Viva la chavalería! ¡Vivan los tebeos!