
Hace poco me escribieron para pedirme una caricatura como regalo de despedida par un muchachuelo que iba a cambiar de curro. Qué sorpresa cuando me mandan las fotos y resulta que… ¡era el gran Latro Latronis! Pues nada, otro dibujete que le hago (y ya van…).
Si tú también quieres regalarle a alguien una caricatura, aunque nos sea colega mío, ya sabes: me lo pides por privado (mejor si es con educación) y lo hablamos.