






Qué a gusto estuve ayer en el instituto de La Puebla de Alfindén, contándole a la chavalería los misterios de mi curro como monigotero y dibujando un rato con ellos. Vino un grupo supermajo y me dejaron flipando con su talento. Ojo que igual la capital mundial del cómic de la próxima década resulta ser La Puebla de Alfindén. ¡Viva la chavalería! ¡Vivan los tebeos!